(Ornans, Francia, 10 de junio de
1819 – La Tour-de-Peilz, Suiza, 31 de diciembre de 1877) fue un pintor francés,
fundador y máximo representante del realismo, y comprometido activista
democrático, republicano, cercano al socialismo revolucionario.
Nació en un pueblo próximo a
Besançon, en el Doubs alemán, cuyo paisaje refleja en sus cuadros. Es un gran
conocedor de las obras de Marsol. Estudió en Besançon y luego en París (1840).
Sus padres deseaban que emprendiese la carrera de Derecho, pero al llegar a
París se volcó al arte.
Viajó a Holanda (1846) y Francia
(1853). Como él, sus amistades eran contrarias al academicismo artístico y
literario; entre ellas se cuenta a Baudelaire, Corot y Daumier. A partir de la
revolución de 1848, Courbet fue etiquetado de «revolucionario peligroso».
En 1845 expuso algunas de sus
obras en el Palacio de las Artes de la Exposición Universal de París, pero al
ver el rechazo del jurado hacia algunos de sus cuadros decidió inaugurar una
exposición individual ubicada en las proximidades del campo de Marte, a la que
bautizó con el nombre de "Pabellón del Realismo". Entre las obras que
exhibió en dicho lugar cabe mencionar El taller del pintor, en el que retrataba
a todas las personas que habían ejercido cierta influencia en su vida.
Tuvo fama de arrogante y
efectista; afirmaba que «si dejo de escandalizar, dejo de existir». Algunos le
achacaban que provocaba escándalos sólo para entretener a las clases
biempensantes y que, en realidad, su arte se mantenía fiel a cierta exquisitez
formal. Sin embargo, otras voces como Delacroix lamentaban que Courbet
malgastaba su habilidad, al elegir temas sin un contenido elevado y no «cribar»
de ellos muchos detalles «innecesarios».
A pesar de sus polémicas, llegó a
disfrutar de éxito. Se le otorgó la medalla de la Legión de Honor, pero la
rechazó. Afirmaba que quería morir «como hombre libre, sin depender de ningún
poder ni religión», si bien accedió a participar en el breve gobierno de la
Comuna de París de 1871. De él, el filósofo Proudhon, «padre» del anarquismo,
quiso hacer un pintor proletario. Creía que el arte podría subsanar las
contradicciones sociales. Admitía su compromiso con el socialismo y con el
realismo cuando afirmaba: ""Acepto con mucho gusto esta denominación.
No solo soy socialista, sino que también soy republicano, y en una palabra
partidario de cualquier revolución –y por encima de todo realista... realista
significa también sincero con la verdadera verdad."
Durante la Comuna se le encargó
la administración de los museos de París. Tras caer dicho gobierno, el gobierno
posterior le responsabilizó de la destrucción de la columna Vendôme dedicada a
Napoleón Bonaparte. Un consejo de guerra lo condenó a seis meses de prisión y a
pagar 300.000 francos. Al salir de la cárcel escapó a Suiza (1873) para evitar
que el Estado le obligara a pagar la multa; era tan alta que debía ser
liquidada a lo largo de 30 años.
Murió en La Tour du Peilz,
localidad próxima a Vevey, víctima de una cirrosis producida por su consumo abusivo
de alcohol.
En un primer momento, pinta el
paisaje, especialmente los bosques de Fontainebleau y retratos, con algunos
rasgos románticos. Pero a partir de 1849 es decididamente realista. Courbet es
de hecho el «fundador» del realismo y se le atribuye la invención de dicho
término.
Escoge temas y personajes de la
realidad cotidiana, sin caer en el «pintoresquismo» o «folclorismo» decorativo.
Su técnica es rigurosa con el pincel, con el pincel plano y con la espátula,
pero su mayor innovación es la elección de temas costumbristas como motivos
dignos de los grandes formatos, que hasta entonces se reservaban a «temas
elevados»: religiosos, históricos, mitológicos y retratos de las clases altas.
Reivindicaba la honestidad y capacidad de sacrificio del proletariado y
afirmaba que el arte debía plasmar la realidad. En 1867 expone nuevamente en la
Exposición Universal de París. Influye y aconseja a los primeros
impresionistas.
Su naturalismo combativo es
patente en sus desnudos femeninos, donde evita las texturas nacaradas e
irreales tomadas de la escultura neoclásica. Plasma formas más carnales e
incluso el vello corporal que habitualmente se omitía en los desnudos
académicos. Ejemplo claro de ello es El origen del mundo.
Sus referencias son los maestros
del pasado como Velázquez, Zurbarán o Rembrandt. Su realismo se convierte en
modelo de expresión de muchos pintores, contribuyendo a enriquecer la obra de
Cézanne.
Bibliografía: http://es.wikipedia.org/wiki/Gustave_Courbet
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