Arturo Michelena es uno de los más importantes pintores venezolanos del siglo XIX. Nació en el seno de una familia vinculada al arte, lo cual influyó de manera definitiva en su vocación por la pintura. En este sentido, su padre el pintor Juan Antonio Michelena, fue su principal preceptor durante su infancia. Asimismo, su madre Socorro Castillo, era hija de Pedro Castillo retratista y autor de los murales de la casa de José Antonio Páez en Valencia. En 1874, Arturo Michelena hizo una serie de dibujos que ilustraron la edición neoyorkina de Costumbres venezolanas, libro de Francisco de Sales Pérez, quien lo presenta en el círculo de amigos de Antonio Guzmán Blanco con la intención de gestionarle una pensión de estudios. Entre 1879 y 1882, Michelena y su padre abren una Academia de Arte en Valencia, en la cual realizan retratos por encargo. Durante este tiempo, el joven Arturo Michelena pinta murales, copia cuadros antiguos, elabora retratos infantiles; lo cual será una excelente base de entrenamiento que lo capacita para participar con éxito en el Salón del Centenario, que se celebraba en Caracas, y al que envía su primer lienzo importante La entrega de la bandera al batallón sin nombre (1883), que le hace merecedor del Segundo Premio.
En 1885, Arturo Michelena parte a París en compañía de Martín Tovar y Tovar, para inscribirse en la Academia Julian, donde ya figuraban Emilio Boggio y Cristóbal Rojas. En este instituto recibió las enseñanzas del afamado decorador Jean Paul Laurens. Gracias a las recomendaciones de Laurens, Arturo Michelena envía al salón de 1887 un lienzo impactante El niño enfermo, con el que gana la Medalla de Segunda Clase y el reconocimiento Hors concours, máxima distinción que el salón le otorgaba a un artista extranjero. Entre 1885 y 1889, su obra se caracteriza por la adopción del realismo oficial y por el ambicioso propósito de la ambientación documental y arquitectónica de los asuntos narrados, ya fueran escenas de género o episodios históricos. En este período pinta sucesivamente: Una visita electoral (1886), La caridad (1887), La joven madre y Carlota Corday (1889), obteniendo con este último cuadro la Medalla de Oro en la Exposición Universal de París (1889). En 1889 regresa a Venezuela donde fue recibido con júbilo. Luego de una temporada de éxito social en Caracas, contrae nupcias con Lastenia Tello Mendoza y retorna a París para iniciar un nuevo período en su carrera. Durante este lapso, adquiere una mayor destreza como dibujante y resolución en el uso del color y en la captación del movimiento natural; aparecen ciertas notas impresionistas y cierta inclinación religiosa. Obras importantes de este período son: La vara rota (1892) y Pentesilea (1891).
Arturo Michelena regresa a Venezuela luego de haber contraído tuberculosis en París. Por este tiempo se convierte en un retratista de moda y pintor oficial. Pero su salud, cada vez más resentida, apenas le permite dedicarle tiempo a obras ambiciosas como Miranda en la Carraca (1896), Berruecos (1895), el Descendimiento (1897) y La última cena (1898), quedando inconclusas algunas de éstas. Los restos de Arturo Michelena fueron sepultados en el Panteón Nacional el 29 de julio de 1948.
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