martes, 6 de septiembre de 2011

Tiziano Vecellio

Biografía y obras:

 
Pintor destacado perteneciente a la Escuela Veneciana del s.XVI, Tiziano recoge en sus inicios el testigo dejado por Giorgione para evolucionar en los presupuestos por él introducidos relativos a luz, color y percepción, tan distintos ya de los empleados por los anteriores maestros venecianos quattrocentistas (las líneas son más imprecisas, predomina el color, los contornos se difuminan…), llegando en su vejez a crear composiciones que asombrosamente prefiguran formalmente el posterior impresionismo.
Tiziano es un pintor de la alegría, la sensualidad y la elegancia, como se puede apreciar en sus conocidas composiciones de carácter mitológico, además de un avezado observador de la realidad y del carácter humano, tal y como atestiguan los múltiples retratos que realizó (tipología destacable en su producción por la originalidad que consiguió imprimirle, conformándose en maestro de posteriores pintores).
Oriundo de la región de Cadore, Tiziano nace en el seno de una conocida familia en un año aún por determinar (se cree que su alumbramiento se debió producir hacia 1487). Junto con su hermano será enviado a Venecia en fecha temprana, entrando a formarse al taller del mosaísta Zuccato primero y de los pintores Gentile y Giovanni Bellini después. Sin embargo, y según palabras de los teóricos Dolce y Vasari, Tiziano, sintiendo mayor inclinación por el nuevo estilo propio del Cinquecento, adoptará la resolución de tomar por "maestro" finalmente a Giorgione.
Tanto asimilará el estilo de este pintor que incluso hoy día existen dudas con respecto a la atribución de determinadas obras, puesto que será mucha la perfección que Tiziano alcance en la imitación de su estilo. Existirían también obras consideradas pertenecientes a su periodo "bellinesco" aunque su autoría presenta dudas igualmente.
Su primer encargo seguro, ejecutado a medias con Giorgione, dataría del año de 1508: los frescos de la fachada del Fondaco dei Tedeschi, perdidos en la actualidad debido a una mala conservación. Esta obra contribuirá a que sea llamado a Padua para pintar en la Scuola de San Antonio los milagros del santo o las Tres historias de San Antonio (1510-1512).
De regreso en Venecia (1513), el Consejo de los Diez encarga a Tiziano una pintura de temática histórica para la sala del Consejo Mayor del Palacio Ducal, optando finalmente éste por una obra acerca de la batalla del Cadore. Esta obra, llamada la Gran Batalla, fue destruida en el año de 1577 y tan sólo se conoce cómo debió ser gracias a algunos dibujos y copias.
Encargos de esta época asimismo serán las obras Noli me tangere, su original obra alegórica El amor sagrado y el amor profano y algunos de sus famosos retratos de féminas, tales como Flora.
En fecha de 1516 el prior de los Frari le encomienda la ejecución de una obra para el altar mayor de su iglesia, encargo que dará lugar al óleo la Asunción (1518). El reconocimiento por este último trabajo vendrá a sumarse a la fama que Tiziano había venido cosechando, resultando determinante a la hora de comenzar a recibir solicitudes de fuera de Venecia. En Ferrara entre 1516 y 1520 trabajará realizando algunos retratos para los Este y la decoración de tema mitológico del gabinete del duque Alfonso (la serie conocida como "las Bacanales"), además de algunos cuadros de gentilhombres de la corte.
Compone algunas obras de temática religiosa en estos años, como el retablo Pésaro para la iglesia dei Frari (1519-1526) y el Políptico de Brescia (hacia 1522), además de un Descendimiento de Cristo finalizado en 1525. De esta fecha dataría asimismo el retrato de Federico Gonzaga con un perro (unos años antes Tiziano habría entrado en contacto con la corte de los Gonzaga en Mantua, además de con una corriente que resultará decisiva en su posterior evolución: la manierista).
Después de ejecutar en 1527 un destruido políptico para la veneciana iglesia de los Santos Juan y Pablo, Tiziano recibirá el encargo de pintar un retrato del emperador Carlos V, siendo nombrado posteriormente por el mismo "retratista oficial", además de investido con diversos cargos nobles. Esta colaboración le resultará sumamente provechosa, puesto que en un futuro será su hijo, Felipe II, uno de sus mejores clientes.
De estos años son algunos retratos de personajes pertenecientes a las principales familias de Italia, como Hipólito de Médici o Isabel del Este, además de diversas obras de temática religiosa y mitológica. El maestro también entrará en contacto, gracias a Sebastián Serlio, con la corte de Urbino, para cuyo duque y su familia ejecutará diversas obras, entre las que se encuentra la famosísima Venus de Urbino (1538).
Su etapa manierista puede decirse que se manifiesta con fuerza en la obra la Batalla de Cadore, que ultima en estos años, además de en la decoración de los techos de la iglesia del Santo Spirito in Isola (1542-44), abundante en escorzos y claroscuros, en el cuadro la Alocución de Alfonso de Avalos (1541??) y en el Ecce Homo de Viena (1543).
Tras su San Juan Limosnero de 1545, Tiziano vuelve a los retratos: Clarice Strozzi, Paulo III, el denominado Joven inglés y el escritor Pietro Arentino. En Roma, adonde parte en octubre de este mismo año, continúa con esta tipología, aunque realizará también obras de temática religiosa y mitológica, caso de la famosa Dánae encargada por el sobrino del Papa, Octavio Farnesio.
Después de un breve paso por Florencia, donde sus servicios son rechazados por el Gran Duque Cosme I, y Venecia, en 1547 Tiziano acepta la invitación de Carlos V a Augsburgo, encaminándose hacia la corte un año después con su hijo y su sobrino. Aquí, Tiziano, continúa con su producción de retratos: Carlos V, glorioso vencedor en Mühlberg, a caballo, Felipe II, Antonio Anselmo, el obispo Ludovico Beccadelli, e incluso Juan Federico de Sajonia, el derrotado.
En estas fechas se cree que debió pintar también su famosa Venus con el organicista (hacia 1548), modelo posterior de otras versiones de Venus. Y sobre 1549 realizará además, para la hermana del emperador, María de Hungría, la serie conocida como Las Furias, de la cual tan sólo se conservaron dos lienzos: Sísifo y Ticio.

En 1551 regresa a Venecia (no hay que olvidar que habría conseguido el cargo de pintor oficial en 1516), aunque todavía mantiene relaciones de trabajo con la corte de Augsburgo, realizando en estos años para Felipe II obras como Venus y Adonis, unas cuantas Dánae, Diana y Acteón y Diana y Calisto, además de una serie de cuadros de temática religiosa.
Siguientes obras serán la Transfiguración de San Salvatore de Venecia y el Retablo de San Sebastián para la capilla votiva de Niccoló Crasso . La producción tizianesca de estos años presenta algunas dudas puesto que, debido a que el pintor debe hacerse cargo cada vez de un número mayor de encargos, recurrió con frecuencia a sus colaboradores.
También comienza a ser apreciable en su manera de pintar una inmediatez en el trazo cada vez mayor, así como la creación de atmósferas "dramáticas" (que tanto recuerdan a Rembrandt), características que desembocarán en los años 70 en obras donde el pincel grueso e impreciso y los contrastes lumínicos y de color protagonizan sus cuadros.
Ejemplos de esta nueva forma de concebir la pintura son el Santo Entierro (1566), la obra conocida como La religión socorrida por España, la Coronación de espinas (1570), Tarquino y Lucrecia o el Descendimiento de Cristo, pintado por Tiziano en principio para la iglesia de los Frari, donde fue enterrado al día siguiente de su muerte el 27 de agosto de 1576.








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