Biografía y obras:
(París, 1748 - Bruselas, 1825) Pintor francés.
Comenzó su formación con Boucher, un pariente lejano, y la completó con Vien,
con quien viajó a Roma en 1776, después de haber obtenido el año anterior el
Prix de Rome con Antíoco y Estratonice. Su estancia en Italia resultó decisiva,
no sólo porque le permitió entrar en contacto con los clásicos, sino también
porque lo sumergió en el clima artístico de la época, caracterizado por la
difusión de los escritos de Mengs y Winckelmann que dieron origen al
neoclasicismo.
Abrazó con convicción la nueva tendencia y
llegó a convertirse en uno de los principales protagonistas del neoclasicismo
europeo. Para David, el neoclasicismo fue el vehículo para oponerse a la
frivolidad del rococó y superarla, y también para exaltar a través de la
pintura unos ideales éticos, como la honestidad o el triunfo del sentido del
deber, y ello hasta tal punto que en su obra el regreso a los ideales del
clasicismo está al servicio de finalidades éticas, lo que resulta evidente en
la mayoría de los temas elegidos.
En 1784, El juramento de los Horacios lo
consagró como un gran maestro de la pintura; el rigor compositivo, la
solemnidad y la intransigente subordinación del color al dibujo constituyen
toda una exaltación de los ideales del neoclasicismo. Desde entonces hasta su
muerte, fue una figura reconocida.
Participó activamente en la Revolución Francesa
(fue diputado y organizador cultural) y después de un breve paso por la cárcel
se convirtió en pintor oficial de Napoleón, del que realizó excelentes
retratos, con particular mención para La coronación de Napoleón y Napoleón
cruzando los Alpes. De sus obras del período revolucionario son emblemáticas el
inacabado Juramento del Jeu de Paume y Marat asesinado, que forma parte de una
trilogía de exaltación a los héroes de la Revolución. Tras la caída de
Napoleón, se exilió en Bruselas, donde nunca consiguió superar sus creaciones
anteriores.
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